miércoles, octubre 19, 2005

La Bala Humana

¿Qué hacer cuando estás en medio y te pegan tirones de todos los lados? Si gente a la que quieres, es más, tu familia te pone en una situación complicada y tan comprometida que no sabes qué elegir... ¿Cuál es el mal menor? Porque al final, siempre va a ser una solución que no soluciona nada...

El problema que origina todo al final no es mío, porque todos estamos de acuerdo en que la cuestión de la diferencia de criterio moral es completamente irrelevante. Va a estar ahí y no hay por qué evitarla. La historia es que se arrastran lastres de hace mucho tiempo, y al final terminan por salir a la luz. Y qué mejor ocasión que ésta... aunque al final, quien resulta comprometida... soy yo, y no los interesados.
Pensar, pensar... pero no lo veo claro...
Muxus de ceño fruncido. No variados.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Siete, de nuevo por aquí, sin atreverme aún a hacer un blog. A ber si descubro el secreto de esto...
Sobre lo que planteas...es dificil...
Podria aportar algo si supiera de dónde sufres esos tirones. Dices que son de todos los lados: hay algo más que la familia que citas? o es sólo familia?
Puede que haya por ahí alguien del sexo opuesto? Y por ello tmabien lo de autista?. Pero no sé.
Supongo que independientemente de la razón al final lo mejor es llevarse del corazón.
Aunque yo tampoco soy kien para dar consejos..
Saludos
Juro q a la proxima tendre blog jeje

Monstera Notand. dijo...

Hacer lo que realmente quieres, hasta donde te lo permita la cabeza; y sacrificarte por los que quieres, todo lo que te permita el corazón.
¿Parece fácil? Entonces es que me he expresado mal.

Lo más que puedes pretender de una situación como ésta es llegar a una situación intermedia que mantenga tu dignidad de persona independiente, y que a la vez no te haga sentir como si abandonaras a la gente que quieres y te quiere, véase la familia.
Por si hace falta que lo diga, esto es imposible. Estás jodida, sietecilla.

Trátales como a adultos y explícales lo que sientes y que intentas hacer lo más correcto, lo más justo para ellos y a la vez para ti. Nadie puede pedirte más.
Estoy segura de que ya lo has hecho. Si no resulta a pesar de todos tus esfuerzos, sólo un consejo: no te entregues, no cedas del todo, no los consientas. Eso sentaría un precedente indeleble.

Te quiero mucho, muchos besos de la rama malvada de tu familia (¿los amigos no son la
"familia de elección"?)

Siete dijo...

Menos mal que con familia como tú, Monstera, nos salvamos un poco... Hice exactamente lo que dices. Expuse lo que soy, pero no se lo eché a la cara, sino que lo maticé hasta donde no me traicionaba a mí misma. Y resultó que, por una vez en su vida, aunque no les gustó, entendieron.
Iban a acatar, y todo estaba solucionado, siempre que otra parte del problema matizara también como yo sus errores... Pero no ha sido así. Así que ya no soy la Bala Humana, aunque la situación está plenamente jodida...
Creo que, como buena aprendiz de bifidismo ocultamente sensible... actué como una verdadera diplomática digna de la Guerra Fría. :-P
Y Rara Avis, muchas gracias por seguir participando, a ver cuándo te arrancas y nos cuentas cosillas también tú... Un gusto tenerte aquí.
GRACIAS.

Monstera Notand. dijo...

Dice el perro verde:
"¡Pues que salga el sol por Antequera! ¡Que su vida es suya, y de nadie más!"

Déjalos reposar y sigue siendo tú misma... Algunos de ellos (no todos, claro, ¿quién ha dicho que la vida es justa?) acabarán acercándose. A los otros los querrás igual, ya los conoces.

Aquí el terruño es una mancha de hojas verdes, amarillas, ocres, rojas. Humedad y jilgueros y patos desconcertados por la crecida del Arga.

Besotes.

Monstera Notand. dijo...

Me he puesto las gafas y Pamplona ya no es una mancha, pero sigue arco iris. Debe de ser otoño.

El azul es el de los monos de los currelas que terminan de destripar el Ensanche y finiquitan el horroroso edificio del Corte Inglés.
A partir de ahora, Navidad empezará en noviembre, la primavera ya estará aquí, y volveremos a empezar otra vez, cada año, cuando lo diga el English Cut.

Siete dijo...

Todo se vende, ya sabes. Pero nadie nos podrá robar la primavera -oops, el otoño, en este caso...-. A un salto de ese edificio un tanto... abstracto para el gusto, está la taconera. Lo compensa con creces, y más cuando tiene suelo de hojas, cielo gris y café calentito y reconfortante en el vienés...