viernes, junio 30, 2006

Perder la vergüenza

Y que les den a los que no se atreven.
Porque ayer, hablando con el Twin y el Sgt. Pepe en horas oscuras y escaleras bastante hospitalarias, llegábamos a la conclusión de que siempre que uno sepa seguir riéndose de sí mismo, ¿por qué no va a escribir cosas que le impliquen?
Siempre y cuando uno sepa reírse de sí mismo, ya digo, y que no se tome muy en serio ni ése sea su único discurso, no nos convertimos en unos intensos.
El intenso es el que toma de modo barato tanto la sensibilidad como las posturas ante cosas, y hace alarde de ello. Un poco adolescente por lo burdo, por lo explícito.
Lo cual no quiere decir que toda muestra de algo más allá de los puñales y las plumas sea necesariamente sentimentaloide.
Lo cual quiere decir que se gana en temas, calibres y recursos de tecleo.
Lo cual implica que a partir de ahora escribiremos como nos dé la gana.
Y que quizá algún día hagamos una lista negra de lo que se nos ocurra. Porque aunque todos sepamos que en general, la gente son unos mierdas, que diría elIntenso, uno no sabe si tiene autoridad moral para decirlo. (Al Intenso le da igual si la tiene o no, pero él es caso aparte)

Ah. Ayer también se recobraron palabras tales como Gaznápiro.
Habrá más entregas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primer!!!!!