lunes, julio 10, 2006

Jesus can't talk

'Cause he's too busy weeping. Que decía Dayna Kurtz.

En estos días tan papísticos que levantan pasiones y odios (que levanten otras cosas quizá sería mucho aventurar), hablando con amigos cabales y teniendo ejemplos de personas no tan cabales, a una le da por pensar qué cojones tiene la gente en la cabeza, o en las entrañas o en lo que quiera que tengan más allá de la ropa.
Porque las pruebas son varias. Desde la falta de buen gusto; la necesidad de quedar por encima; de huír cuando la cosa se pone un poco seria; de evitar los marrones a toda costa; la falta de (auto)crítica; y etc y blablabla y blablabla y blablabla.

One says: qué falta hace vivir pendiente de parámetros varios, o qué falta tenemos de sentirnos parte de algo aunque nos anule, qué temor a afrontar la realidad tal cual es... ¿O todo es miedo a estar solos?
Nadie se libra: si no es religión puede ser política, corporativismo, un grupo de apoyo de yoquésé, un tipo de música, una tendencia sexual... Y es triste, ¿no?, que la visión del mundo venga tan condicionada, hasta incluso volverse irreal. Además de triste es perturbador pensar lo difícil que puede ser evitarlo.
No sé, creo que valemos más que todas esas imbeciladas de posturas y líneas editoriales y salvaciones y moralidades varias.

4 comentarios:

SR.B dijo...

Creo q lo complicado es no creer. No crees???Vamos, creo yo...

Juan dijo...

La gente tiene en las entrañas una angustia visceral provocada por el enfrentamiento obligado (nadie elige nacer) al caos del universo mundo desde la individualidad.
Cada persona es una realidad individual en si misma enfrentada a la irrealidad extracorporea. Esto le convierte en un imán potencial, que enseguida se ve irreversiblemente atraido hacia algo que le de cierta seguridad o tranquilidad.

El problema esta en que será el metal mas atrayente de cuantos pasen cerca tuyo al que te unirás.

Esto es angustioso, porque casi con total seguridad, tu evolución depende mas de las condicones de tu entorno, del metal que pase cerca tuyo, que de ti mismo.

Aqui es donde entra la capacidad de autocrítica, y de relativizar. Es dificil.

Una persona medianamente inteligente y sensible, se da cuenta que evitar caer en la inercia de las condiciones primando el pensamiento independiente, es una de las cosas mas grandes a las que puede aspirar; mas aún, estoy convencido que de haber alguna suerte de salvación, el camino para alcanzarla, pasa por esto.
Pero, ¿quien consigue independizarse totalmente de las condiciones?

Yo me miro a mi mismo, y me doy asco, porque me veo absolutamente pringado en esas condiciones, y me doy cuenta que soy torpe, vanal e inmaduro; pero luego miro a mi alrededor y pienso: Si no nos salvamos yo y cuatro más, ¿quien cojones se salva?

Hace poco descubrí con agrado que San Agustín en su época, hacia esactamente la misma observación. Eso me tranquilizó en cierta manera, porque he de decir que pensaba erroneamente que las condiciones en nuestros tiempos, son mucho mas absorventes y ennortantes que en tiempos pasados en los que algunos hombres creaban la filosofía, y otras de las grandes cosas que hemos heredado. Ahora, soy de la opinión de que la humanidad siempre ha sido, es y será igual, por mucho que ahora vayamos al espacio en un trozo de metal que funciona a base de pedos, y que la salvación antes ahora y después solo es la recompensa a las estrujadas mentales de unos cuantos.

Ojala haya suerte y estemos entre esos pocos.

Anónimo dijo...

Quien quiera una definición de intensidad...

Chuy Santos dijo...

Hace mucho que no te digo que te quiero.


Te echo de menos,

Ch