Y contentos. El viernes fue una de las mejores noches en mucho tiempo (y digo esto porque me suena tajante decir de toda mi vida, pero podría ser):
7 varados. 1 cala. Velas. Cena. Merrón -invención de la noche-. Estrellas a puñados. Baño nocturno y no necesariamente con ropa. Misiones. Amanecer. Desayuno. Coches, música, sol y calas nuevas.
¿¿¿¿¿¿¿Qué más se puede pedir??????????
Que esto esté en el contexto de una semana de comienzo accidentado y desarrollo inmejorable, disfrutando de amigos de siempre y de los que había que estrenar de una vez. Y sentir cómo hay magia (aunque sr. B se riera de mí el otro día da igual, no lo vivió), sí, cómo hay magia en momentos puntuales. Y cómo estar con cierta gente que ya forma parte de ti te da una idea del abismo de diferencia que existe con otros, o de la sintonía que hay con esos unos. Hala, que ya me entendéis, que no quiero chapear más.
Solo me queda un detalle.
Nightswimming deserves a quiet night.
Y como extra, acabo de plagiar una foto que el Gran Jusepe ha publicado. Con el apunte de que falto yo y la promesa de colgar fotos en las que se me vea, aquí os presento a los Seis Hombres con los que pasé la noche.
martes, julio 25, 2006
lunes, julio 10, 2006
Jesus can't talk
'Cause he's too busy weeping. Que decía Dayna Kurtz.
En estos días tan papísticos que levantan pasiones y odios (que levanten otras cosas quizá sería mucho aventurar), hablando con amigos cabales y teniendo ejemplos de personas no tan cabales, a una le da por pensar qué cojones tiene la gente en la cabeza, o en las entrañas o en lo que quiera que tengan más allá de la ropa.
Porque las pruebas son varias. Desde la falta de buen gusto; la necesidad de quedar por encima; de huír cuando la cosa se pone un poco seria; de evitar los marrones a toda costa; la falta de (auto)crítica; y etc y blablabla y blablabla y blablabla.
One says: qué falta hace vivir pendiente de parámetros varios, o qué falta tenemos de sentirnos parte de algo aunque nos anule, qué temor a afrontar la realidad tal cual es... ¿O todo es miedo a estar solos?
Nadie se libra: si no es religión puede ser política, corporativismo, un grupo de apoyo de yoquésé, un tipo de música, una tendencia sexual... Y es triste, ¿no?, que la visión del mundo venga tan condicionada, hasta incluso volverse irreal. Además de triste es perturbador pensar lo difícil que puede ser evitarlo.
No sé, creo que valemos más que todas esas imbeciladas de posturas y líneas editoriales y salvaciones y moralidades varias.
En estos días tan papísticos que levantan pasiones y odios (que levanten otras cosas quizá sería mucho aventurar), hablando con amigos cabales y teniendo ejemplos de personas no tan cabales, a una le da por pensar qué cojones tiene la gente en la cabeza, o en las entrañas o en lo que quiera que tengan más allá de la ropa.
Porque las pruebas son varias. Desde la falta de buen gusto; la necesidad de quedar por encima; de huír cuando la cosa se pone un poco seria; de evitar los marrones a toda costa; la falta de (auto)crítica; y etc y blablabla y blablabla y blablabla.
One says: qué falta hace vivir pendiente de parámetros varios, o qué falta tenemos de sentirnos parte de algo aunque nos anule, qué temor a afrontar la realidad tal cual es... ¿O todo es miedo a estar solos?
Nadie se libra: si no es religión puede ser política, corporativismo, un grupo de apoyo de yoquésé, un tipo de música, una tendencia sexual... Y es triste, ¿no?, que la visión del mundo venga tan condicionada, hasta incluso volverse irreal. Además de triste es perturbador pensar lo difícil que puede ser evitarlo.
No sé, creo que valemos más que todas esas imbeciladas de posturas y líneas editoriales y salvaciones y moralidades varias.
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