
7 varados. 1 cala. Velas. Cena. Merrón -invención de la noche-. Estrellas a puñados. Baño nocturno y no necesariamente con ropa. Misiones. Amanecer. Desayuno. Coches, música, sol y calas nuevas.
¿¿¿¿¿¿¿Qué más se puede pedir??????????
Que esto esté en el contexto de una semana de comienzo accidentado y desarrollo inmejorable, disfrutando de amigos de siempre y de los que había que estrenar de una vez. Y sentir cómo hay magia (aunque sr. B se riera de mí el otro día da igual, no lo vivió), sí, cómo hay magia en momentos puntuales. Y cómo estar con cierta gente que ya forma parte de ti te da una idea del abismo de diferencia que existe con otros, o de la sintonía que hay con esos unos. Hala, que ya me entendéis, que no quiero chapear más.
Solo me queda un detalle.
Nightswimming deserves a quiet night.
Y como extra, acabo de plagiar una foto que el Gran Jusepe ha publicado. Con el apunte de que falto yo y la promesa de colgar fotos en las que se me vea, aquí os presento a los Seis Hombres con los que pasé la noche.
